La sombra, la máscara, el disfraz, el lado oscuro, inconsciente reprimido, caos personal....ponle el nombre que quieras. El concepto es universal y todos se refieren a esa parte de nuestra psique donde ocultamos todo lo que rechazamos de nosotros mismos: miedos, complejos, impulsos reprimidos, deseos no aceptados, potenciales no explorados....
¿Qué ocurre cuando la ignoramos y no la integramos como una parte más de nuestro ser? Que nos volvemos prisioneros de sus efectos inconscientes, proyectamos en los demás lo que no aceptamos en nosotros mismos, vivimos con miedo cuando esa ¨sombra¨ aparece o nos saboteamos sin darnos cuenta. Integrar la sombra no significa dejarnos dominar por ella, sino dejar de huir de nosotros mismos, hacer conscientes esas partes, entenderlas y aprender a usarlas a nuestro favor
La verdadera fortaleza no viene de negar lo que somos, sino de abrazarlo con conciencia y responsabilidad
Todo lo que está en la sombra tiene un propósito y cuando lo ignoramos suele manifestarse de formas inconscientes
¿Sabes como integré yo mi sombra? Me hize una camiseta. Una camiseta donde reflejé todas esas partes de mi que negaba (tristeza, dolor, melancolía, incomprensión). Un día decidí materializarlo y hacerlo visible para que dejase de ser un sentimiento escondido dentro de mi y se convirtiera en algo concreto, algo que podía ver, tocar y, finalmente aceptar. Pero no quise quedarme solo con el dibujo, quise dar un paso más: llevarla conmigo
Al poner esa imagen en una camiseta y usarla en mi día a día, estoy haciendo un pacto conmigo misma: ya no huyo de esa parte mía, ya no la escondo, la reconozco, la abrazo y la integro en mi identidad. Cada vez que me pongo esta camiseta, es un recordatorio de que soy un todo: luz y sombra, alegría y tristeza, fortaleza y vulnerabilidad